viernes, 3 de junio de 2011

Un bicho que nos sobrevuela

Ayer dije que los bichos nos habían atacado dos veces y conté lo del domingo con lo del neorrural que se llevaron por los aires y del que no se ha encontrado el más mínimo resto. Pues el martes pasó otra cosa que no fue propiamente un ataque: que un solo bicho estuvo rato sobrevolando el pueblo. Serían las nueve de la mañana y se empezaron a oír disparos por donde llaman el Paradero, que se llama así porque allí paraba antiguamente el coche de línea de Calatayud. Primero disparos sueltos que parecían de la misma escopeta y luego muchos disparos desde diferentes escopetas. Rosario me mira extrañada, se para a pensar y me dice:
-Si yo no lo he presentido antes es porque no hay peligro. Vamos a ver qué pasa.
Salimos a la calle y cada vez se oían más disparos. Miramos al cielo y vemos en el aire dando vueltas en círculo un bicho parecido a ese que pongo en el dibujo, con cara de mujer, aunque más vieja, esas colas y también unas alas como de murciélago. Pero lo que había dicho Rosario, que el monstruo no bajaba a tierra a llevarse a nadie sino que sólo estuve dando vueltas una media hora hasta que se marchó en dirección a Ateca. Ah, y por más balas y cartuchos que le disparaban, seguía dando vueltas sin inmutarse y sin que le alcanzaran.
Otra cosa importante: que esta mañana llaman al picaporte, bajo y me veo un chico jovencillo y sonriente que me dice que es amigo de Rolando, el novio perdido de Rebeca que ahora anda con ella, y que me trae una cosa de su parte. Yo, al oír eso, le he hecho pasar y subir, y ha estado hablando con nosotras y hasta se ha quedado a comer. Lo que me traía era un aparatito USB, de los que se ponen para conectarse a Internet y ahora mismo estoy conectada con él. Nos ha dicho que dentro de poco va a ser la única manera de estar en contacto con los otros blogs porque habremos de meternos en la bodega durante una larga temporada y ahí no sirven los USB normales porque no los ve el satélite. Nos ha dicho también Rolando le había encargado proteger a unas cuantas personas de esta región, entre las que estábamos nosotras, que somos conscientes de lo que pasa. Y nos ha hablado de los pajarracos voladores, nos ha dicho cómo se llaman, que no me acuerdo porque era un nombre raro, y que salían de las grietas de la tierra, algo que había dicho Rosario, que la tierra se abriría.
Pues qué miedo, que ahora mismo vamos a cenar y luego a dormir a la bodega.

2 comentarios:

  1. Cuídate, y si necesitas cualquier cosa, me dices. Hemos discutido a veces, pero sabes que te aprecio. Abrazos, cielo.

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  2. Hola, Rebeca, que aquí estamos la mar de ricamente. No necesitamos nada, gracias, pero ahora que lo dices, si te sobre algún hombre nos lo mandas a que nos dé un repasito.

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