miércoles, 17 de agosto de 2011

Nos vamos a Menorca

Hondero baleárico

A ver si soy capaz de explicar todas las aventuras de estos días sin liarme porque resulta que me quedé sin ordenador y ya explicaré por qué.
Lo primero, que Rosario y yo nos llevamos una bronca muy gorda de Hidalgo porque, después de la batalla de Santa Elena y, cuando djeron que la próxima batalla sería en Jerez, como queríamos llegar las primeras, salimos con la Harley disparadas sin esperar a nadie y ni siquiera el resto de moteros nos pudieron seguir. Seguramente por eso, por las prisas, nos perdimos en la circunvalación de Sevilla hasta que nos encontramos a los portugueses y nos dimos cuenta de que íbamos en dirección a Huelva y Portugal en vez de hacia Jerez.
Y Hidalgo nos riñó mucho porque nos separamos de los demás pero nos perdonó luego porque después de la otra batalla, como quedó herido y enfermito, nosotras lo cuidábamos y le hacíamos la pelota.
Ah, que me había quedado explicando cómo estaba hablando con Ruiz Mateos en Jerez y que él había organizado un tercio de legionarios para la guerra contra el mal. Pues resulta que mientras estaba allí recibo un mensaje ultrasecreto para decirme que la batalla no era en Jerez, que eso era un bulo de los que se extienden para engañar al enemigo pero acaba también engañando a los nuestros. Total, que me dicen que vaya para Tarifa sin decir nada ni a los portugueses ni a los legionarios de Ruiz Mateos porque, aparte de muchos humanos que se habían pasado al lado oscuro, había otros que hacían de espías. Y por si acaso...
Total, que en vez de llegar las primeras casi llegamos las últimas, y allí estaban todos: Hidalgo con Brau, aunque no sé si Brau sigue teniendo existencia corpórea o, con tanta cosa rara, se ha vuelto un espíritu; Blanca con un modelito precioso de amazona; Rebeca con toda la tribu que se había traído de Bilbao; los moteros preguntándome que dónde me había metido; Andy con el violín y NoFaustino con su espada; y jinetes y qué sé yo qué más.
Y los monstruos. Que resulta que ahora en Tarifa, como hace mucho viento, han puesto molinos de ésos para sacar energía. Pues encima de uno de esos molinos había un monstruo que, como dijo Hidalgo, era clavadico a Ella-Laraña de la película dEl Señor de los anillos que había visto con mis nietos y que envuelve a Frodo con su tela. Y otros monstruos, los pajarracos que atacaron en Calatayud y lagartos de los de Santa Elena. Y los nuestros disparando con flechas encendidas como en las películas del rey Arturo para quemar castillos. Y lo más diver fue una carga de caballería de noche contra un grupo de monstruitos terrestres, Que me pongo yo muy seria, veo un montón de explosivos y cargo las bolsas laterales de la Harley, que son como alforjas, con esos explosivos, salgo disparada en la oscuridad, adelanto a la caballería y, cuando quedan 20 metros para llegar a los monstruos, salto de la moto, me tapo la cabeza y oigo que la moto choca y explota. Cuando levanto la cabeza veo el cielo lleno de trocitos de monstruo brillando por los aires, que parecían fuegos artificiales.
Y luego, cuando vuelvo al campamento y nos metemos en la tienda para descansar, me digo: Voy a describir la batalla en el blog. Y entonces me doy cuenta de que con las prisas por convertirme en una heroína me había olvidado el portátil en la Harley y, claro, había volado con todos los monstruos y quedaría hecho fosfatina. Y hasta ayer no se me ocurrió decírselo a nadie, que entonces me viene Lucas Drill, el chico que nos visitó en el pueblo y nos trajo el módem mágico, que, como es un experto en aparatitos, me regaló uno.
Lo demás, todo muy triste, que nos pasamos dos días enterrando gente. Muchos moteros amigos de Choni muertos; ah, y ya soy amiga de la novia del Choni, que se llama Claribel y me tenía celos desde el día en que me subí con él en la moto en Valdepeñas pero, claro, las desgracias unen. Y Rolando también murió, el novio más novio de Rebeca, pobrecilla, pero es todo muy difícil en estos tiempos, que resulta que vamos al entierro, nos ponemos todos lacrimógenos pero lo que pasaba es que aquel señor enemigo del padre de Rebeca y con nombre ruso, Popov o algo así, había resucitado a Rolando haciendo vudú para utilizarlo de espía. Pero como Blanca se dio cuenta y también sabe magia, lo volvió a matar y santas pascuas. Y como Rebeca había estado de acuerdo en resucitar a Rolando y convertirlo en zombi para seguir acostándose con él ahora Hidalgo la tiene castigada por necrófila.
Ah bueno, y que ahora estamos otra vez en Santa Elena, que los jefes hicieron una reunión y han decidido que Blanca, Rosario y yo con no sé cuánta gente vayamos a Menorca a hablar con unos grupos de resistentes porque por allí puede aparecer el Rey cuya venida están preparando todos los monstruos. Aunque digo yo que para ir a Menorca lo mejor es buscar un yate en algún puerto de la costa de Alicante, cargarlo de gasoil y Blanca, como es de Santander, algo sabrá de navegación. Y si no, pues aparecemos en Argel o en Cerdeña.

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