martes, 24 de mayo de 2011

Otro susto

Pues esta mañana, las nueve serían y aún estábamos durmiendo. En esto que oigo a Rosario que se pone otra vez a dar voces pero coherentes, no como el otro día que tenía pesadillas. Porque decía:
-¡Ay, señora Pilar, qué desgracia!, ¡Ay, señora Pilar, que ha pasado otro desastre muy gordo en Calatayud!, ¡Ay, que tenemos que ir a ayudar!.
-¿Qué ha pasado?, ¿dónde ha sido?
-No lo sé, pero seguro, seguro. Que hay gente muerta y muchos heridos.
Yo, claro, asustada porque ya sé que a Rosario hay que hacerle caso. Total, que llamo a Feli, que a Julia y a Feli las llamo todos los días, y me dice que sí, que algo habrá pasado porque sólo se oyen sirenas de todo, de policía, de ambulancia, de bomberos, que parecen ir hacia la estación.
En esto, yo aún en camisón y ella ya vestida y metiéndome prisa, que si vámonos, que si hacemos falta allí. Pues eso, una ducha rapidita para despertarme, ponerme lo primero que he encontrado y con el coche hacia Calatayud, que son sólo 14 kilómetros.
Y en el camino ya se notaba que algo ocurría porque al pasar el alto del pairón de san Ignacio ya se veían un montón de helicópteros por la parte de Calatayud, que habrían venido de Zaragoza o de Madrid. Ah, y para quienes no sepan lo que es un pairón, ahí debajo les pongo uno para culturizarlos: son unas torrecillas con una hornacina arriba que guarda la imagen de un santo; y están en los caminos a cierta distancia de los pueblos pero, que yo sepa, sólo por esta parte de Aragón. Y la gente, cuando pasa junto al pairón, se santigua para que le vaya bien el viaje.
Bueno, pues llegamos a Calatayud y vemos que por donde andaba todo el mundo revuelto era por la estación, que os he puesto una foto arriba para que veáis lo moderna que es. Vamos hacia la estación y, como había una barrera policial que no dejaban pasar, va Rosario y me dice que aparque un poco antes, que había sitio y no estorbábamos. Aparcamos, sale corriendo del coche, me dice que la siga, yo detrás, se mete por qué sé yo dónde y salimos a las vías del tren pasada la estación en dirección a Madrid. Andamos y en un momento llegamos al andén. ¡Madre mía, qué desastre!: un tren descarrilado en plena estación con casi todos los cristales rotos, ambulancias de esas que son como minihospitales metidas encima de los andenes que no sé cómo habrán entrado, cinco o seis muertos tapados, que se les veían los zapatos y había una criaturica pequeña... Gente dando voces, niños llorando, y el tren acordonado por la policía, que no dejaban pasar. Y en la plaza frente a la estación, la que se ve en la foto, aterrizando helicópteros para llevarse heridos a Zaragoza o donde fuera porque aquí ya no cabrían.
Y un desorden tal de gritos y sirenas, que nadie nos ha preguntado qué hacíamos allí, y se pensarían que éramos de la Cruz Roja o qué se yo. Porque Rosario, y yo detrás, que se va hasta una furgoneta que había de la Policía Municipal, empieza a coger mantas, me dice que coja unas botellas de agua y unas vendas que había también, y nos ponemos a tapar a unas señoras que estaban sentadas en el suelo y a limpiarles la cara, que la tenían llena de sangre.
De La Almunia han dicho que eran, que el tren había salido a las ocho menos cuarto, tenía que llegar a las nueve y diez pero diez minutos antes de llegar se ha oído un ruido muy fuerte en la cabina, que se veía todo el cristal roto, y luego golpes contra los cristales de los vagones. Y eran unos pajarracos -seguro que como los que decía Rosario- que estaban intentando entrar por las ventanas; y se ve que han conseguido entrar dos o tres. Ellas decían que se habían agachado debajo como habían podido pero oían a la gente correr y gritar, y los pajarracos batiendo las alas y agarrando a la gente. Y qué sé yo lo que han contado, que se me ponen los pelos de punta. Como que se ve que el tren ha descarrilado porque el primero que han matado ha sido al maquinista y claro...
Pues así hemos estado hasta que un municipal se ha dado cuenta y nos ha echado. Nos hemos vuelto corriendo al pueblo y aquí estoy explicándolo. Y esta noche bajaremos a la bodega a dormir.

lunes, 23 de mayo de 2011

Sin cobertura

Pues llevábamos unos días sin poder comunicarnos por internet. He leído los blogs de los conocidos y se ve que les pasaba lo mismo. Dice Hidalgocinis que es porque hay quien nos vigila, porque no quieren que digamos lo que de verdad está pasando. Como la semana pasada, que nuestros blogs se volvieron locos, desaparecieron unas entradas y luego reaparecieron, se me perdió un comentario de Rebeca... Pero yo creo que lo que ha pasado ahora ha sido otra cosa, ha sido por la revolución que ha organizado la juventud en la puerta del Sol de Madrid: como los jóvenes no saben vivir sin su móvil ni su ordenador, el gobierno ha hablado con las compañías telefónicas para dejarlos sin internet y que no se puedan comunicar, que se conoce que la revolución se había extendido hasta América y eso no puede ser.
Ah, y por eso he puesto esa foto. porque hemos preparado la bodega por si acaso: hemos bajado una mesa camilla, sillas, una tele de plasma y un montón de latas, de garrafas de agua y un par de botellitas de anís. Porque vino hay para emborrachar a todo el pueblo.
Y otra cosa rara ha pasado: voy esta mañana a la panadería mientras Rosario se ha quedado quitando telarañas de la bodega y estaban las mujeres diciendo que en el pueblo han desaparecido un montón de gatos. Y Tomasa, que es una prima segunda de mi difunto y una graciosilla va y dice que por qué van a desaparecer si en el pueblo no hay ningún MacDonalds ni ningún restaurante chino.
Y por hoy ya está, que ahora voy a ver qué más cuentan en los blogs que nos hemos hecho amigas.

jueves, 19 de mayo de 2011

Seguimos en el pueblo

Pues ayer por la mañana le digo a Rosario que salgamos a dar una paseo por el pueblo, que tiene cosas bonitas como se ve en esas fotos que ha puesto en internet un señor que se llama P. Sanjuán y que, por el apellido, no parece de aquí. En la de arriba, tomada desde la plaza, se ve la iglesia y el ayuntamiento; y en la de abajo, lo que llaman el Estanque, un pequeño embalse formado por un riachuelo que llaman el barranco y que hace años que baja casi seco por la cantidad de pozos que abrieron para regar.
Y Rosario me dice que no podemos ir a pasear y me pregunta que si en el pueblo hay alguna ferretería. Como es tan pequeño... Le digo que sí, siguendo la Rúa abajo al llegar a la Replaceta, lo que antes era la herrería. Porque uno de los hijos del herrero antiguo, cuando fueron desapareciendo las caballerías, se reconvirtió y montó una ferretería. Yo voy y le pregunto que para qué quiere una ferretería y me dice que en seguida vuelve. Y sí, vuelve cargada de herramientas, clavos, tela metálica... Yo la dejo hacer y se pone a hablar de si me he portado muy bien con ella, de que sin mí estaría tirada en la calle o quién sabe dónde...
Todo eso mientras sube por las escaleras que llevan a lo que eran los graneros y yo detrás de ella a ver qué. Antes había cuatro graneros pero dos de ellos los convírtieron en alcobas mientras que los otros dos, que dan a la calle, están llenos de cacharros. Y como tienen unos ventanucos sin cristales ni postigos, coge el martillo, los clavos y la tela metálica, y pretendía tapar los ventanucos clavando los clavos directamente en la pared sin tacos ni nada. Se pone a darle con el martillo y venga a darle, yo le pregunto pero qué haces, ella que se da un par de veces en el dedo, sigue dando martillazos y al final, cuando se da cuenta de que es inútil y que tiene las manos destrozadas, se sienta en el suelo y se pone a llorar y a hacer pucheros con que lo bien que me he portado con ella y que ella quiere hacer algo para compensarme, que se acuerda mucho de su madre y ahora estaría desvalida en el mundo si no fuera por mí, que si de lo que trabajó en Barcelona tiene unos ahorrillos en el banco y, cuando todo esto pase, me invitará al mejor restaurante del mundo...
-¿Y qué es lo que tiene que pasar?
-Ya lo verá, señora Pilar, que por eso quería tapar las ventanas, para que no entraran los bichos.

martes, 17 de mayo de 2011

En el pueblo

Santa María Egipciaca (Ribera)
Hola, que hemos estado unos días sin poder decir nada. Primero porque, con todo este follón, los blogs no funcionaban y luego porque no me funcionaba el aparatito que me conectaba con internet a través del satélite.
He leído a las amigas y he visto que Blanca, la chica de Santander, también vio un monstruo allí, en pleno paseo Pereda frente al mar, con lo bonito que es aquello con sus barquitos que van a Somo y Pedreña, el pueblo de donde era el pobre Severiano Ballesteros. Y no se me quita de la cabeza lo del viernes, lo del policía que cayó reventado encima de aquel camión.
Nosotras bien, gracias. Hicimos la limpieza de toda la casa el sábado en plan zafarrancho. Rosario me preguntó si en la casa había bodega y sí que la hay, claro, que ahora la uva se lleva a las prensas de la Cooperativa de la Virgen del Mar y de la Cuesta, pero antiguamente, cuando los racimos se pisaban, el mosto iba de la pisadera al lagar de la bodega para que fermentara y luego, allí, ya se distribuía por las cubas. Y lo bueno que tienen esas bodegas bajo tierra, que hubo una época en que a la gente de aquí le dio por cultivar champiñones dentro por lo de la oscuridad, pero lo bueno que tienen es que en verano se está fresco y en invierno calentito. Pues Rosario dijo que bajáramos a la bodega todas las latas de conserva que nos habíamos traído: por si acaso.
-¿Por si acaso qué?
-Yo ya sé lo que me digo, señora Pilar.
Y el sábado, cuando estábamos las dos dale que te dale limpiando, se me puso a contar lo que había andado haciendo por Barcelona para ganarse la vida, que es lo que decían las malas lenguas, pero que no me pensara yo que por eso era mala mujer, que lo uno no va con lo otro. Yo, claro, ya no me escandalizo de nada y mala mujer ya sabía yo que Rosario no era, que se le ve buen corazón y lo que le pasa es que entre lo de su pobre madre y esas cosas que ve en sus pesadillas y en lo que no son sus pesadillas, sufre mucho la criatura.
-Y un caballero me quería retirar del oficio pero le dije que no, que yo no me estoy todo el día encerrada en un piso esperando que el señorito venga. Y cuando pase todo esto me busco un trabajo decente, de cajera de supermercado o de lo que sea. Y cada noche le rezo una oración a Santa María Egipciaca, que es la patrona de las arrepentidas.
Por eso he puesto arriba un cuadro con Santa María Egipciaca como hace Rebeca, la chica de Bilbao, que siempre pone cuadros. Ah, y que ya me he enterado de que ahora su hijo se ha liado con la criada.
Y nada más, que aquí estamos retiradas Rosario y yo.

sábado, 14 de mayo de 2011

De mal en peor

No sé si sabré contar bien todo lo que pasó ayer aquí porque todavía tengo el miedo en el cuerpo. Como que anoche me tuve que tomar una de las pastillas que le doy a Rosario, un Valium, para poder dormir.

Pues lo que pasó fue que, como ya conté, habíamos decidido irnos unos días al pueblo para descansar las dos y ayer tarde, después de la siesta y el Amar en tiempos revueltos, cogimos las bolsas de viaje y un montón de comida y de las latas que habíamos comprado en el Caprabo y las bajamos al coche. Bueno, pues salimos del párking y llegamos al paseo, que se llama el paseo de las Cortes de Aragón pero todo el mundo lo llama el paseo porque no hay otro y es por donde pasaba antes la carretera de Madrid, que ahora los coches van por la autovía. Para ir a Munébrega, que es el pueblo a donde íbamos, teníamos que girar frente a la plaza del Fuerte para cruzar el río y coger la carretera de Daroca y luego la del monasterio de Piedra. Pues cien metros antes de llegar al cruce estaba todo lleno de coches y eso es muy raro porque en Calatayud nunca pasa eso como en las grandes capitales. Era un accidente, claro. O no tan claro, porque a ciencia cierta aún no sabemos qué pasó exactamente y luego llamaré a Julia y Feli, que hoy les tocaba gimnasio, para ver qué saben.

Pues eso, que estamos ahí en medio y la gente empieza a pitar y venga a pitar. En esto que llegan por el carril contrario dos ambulancias y coches de la policía, y la gente empieza a salir de los coches, que a todos les gusta mucho chafardear. Rosario me dice que tiene miedo y que no salgamos del coche y, en ese momento, empiezan a oírse ruidos como los disparos de las películas y unos gritos que daba miedo oírlos. Y la gente corriendo para volver a los coches. Yo, que no sé lo que pasa, apreto el botón de bloquear los seguros, el que está para que los críos no jueguen y se les abran las puertas, y en esto que se ve como una sombra de algo con alas que pasaba por encima de nosotros y el cuerpo de un policía municipal que cae de lo alto en medio de otro grito pavoroso y va a parar encima de un camión que había cuatro o cinco coches por delante del nuestro. Rosario me dice que si no nos podemos salir de ahí, hago una maniobra y, como el carril en dirección a Zaragoza estaba vacío porque el embotellamiento estaba enfrente y los coches no podían venir por él, me meto y salgo disparada como en las películas americanas pero sin hacer chirriar los neumáticos, que eso no lo sé hacer. Porque, no es por presumir, pero el mío es un BMW de la serie 3 como el que pongo debajo aunque negro.

Total, que vamos hacia atrás, entramos en la autovía por la parte de la carretera de Soria, cruzamos todo Calatayud por fuera, volvemos a salir por la carretera del monasterio de Piedra y en un momento llegamos aquí.
Y esta mañana, con los nervios, que no encontraba el aparatito que se pone aquí a la izquierda para conectarme con el satélite y salir por internet. Por fin lo he encontrado y aquí estoy contándolo.
Ah, y al llegar pusimos la tele autonómica a ver si salía algo y resulta que nos encontramos con el terremoto de Murcia, otro desastre. Y hay para reñir a los adivinos porque ese terremoto ya estaba previsto, que el día 30 de abril ya dije yo que un adivino lo había dicho en el yahoo. Pero hay que reñirle porque lo adivinó mal, dijo que sería en Roma y fue en Lorca, que se equivocó de muchísimos kilómetros.
Total, que nos vamos ahora a poner a limpiar un poco esto. Yo decía de ir a la panadería y preguntar si conocían alguna chica que nos viniera a hacer la limpieza pero Rosario ha dicho que ya la hacía ella. Y, claro, si fuera mi nuera vale pero no voy a permitir que lo haga todo ella sola.



miércoles, 11 de mayo de 2011

Los pájaros se vuelven locos


Lo que decía el otro día de que los gorriones y las golondrinas se habían vuelto locos y los gorriones se peleaban en los árboles del paseo y las golondrinas andaban perdidas y no encontraban su nido se ve que no sólo ha pasado aquí en Calatayud. Mirad el mensaje que ayer por la tarde me envió mi vecino del apartamento de Peñíscola, adonde os conté que fui por las vacaciones de Semana Santa. Es un señor de Cariñena que era maestro, está jubilado y vive allí todo el año porque le gusta mucho el mar. Pero no os creáis que tengo nada que ver con él, que él tiene su señora y yo no soy de ésas de hoy contigo y mañana con el otro:

Hoy en Peñíscola hemos presenciado una escena digna del National Geographic. Resulta que en la parte baja del castillo tienen aves de cetrería. Por las tardes, y también a mediodía, las sueltan para que vuelen por los alrededores del castillo y los turistas vean el espectáculo. Pero las pobres deben de estar medio drogadas o yo que sé o, quizá, con la cautividad han perdido el insitinto, no sé. El caso es que primero dos gaviotas y luego más de diez han empezado a hostigar a un águila, que yo he pensado que al final la iban a derribar. Las tías han empezado a acosarla en pleno vuelo con un sinfín de vuelos rasantes y, ya te digo, yo he pensado que se la cargaban. Qué agresividad las jodidas gaviotas. Y cómo chillaban las condenadas. La pobre águila (o lo que fuera) no reaccionaba e iba como desconcertada por el cielo sin saber qué coño hacer.

Bueno, y a lo mejor por la manera de hablar os parecerá un poco bruto, pero ya digo que era maestro. Lo que pasa es que los hombres en Aragón hablan así, como hablaba mi difunto.
Ah, y aún no nos hemos ido al pueblo. Fuimos a comprar al Caprabo y lo tenemos todo preparado. Pero ayer por la mañana Rosario tuvo una recaída, le di el Valium y aún está durmiendo.

lunes, 9 de mayo de 2011

Nos vamos al campo

Munébrega
Rosario y yo nos vamos a ir al campo.
He estado unos días malita pero ya estoy bien. Y como Rosario sigue aquí conmigo en casa aún algo nerviosa, yo la cuidaba a ella y ella me cuidaba a mí. Además, claro, de Julia y Feli, que venían cada tarde de visita. Y aún no sé qué me pasaba que tenía como una angustia aquí dentro desde el día en que aparecieron las luces extrañas en el cielo y, después, los pájaros, sobre todo los gorriones y las golondrinas, se pusieron a hacer cosas raras. Ahora ya estoy mejor y voy leyendo despacito los blogs de las amigas, que se llevan un lío con los hombres... No, si al final va a resultar que el marido de Blanca estará liado con Rebeca y viceversa. Y leo también lo de los chicos, que es un jaleo porque me parece que a alguno le están haciendo chantaje con unas fotos en las que sale desnudo con una señora. Ya seguiré leyendo porque esto se puede poner más entretenido que lo de Amar en tiempos revueltos.
Luego está el blog de Hidalgocinis, el chico que no se toma la medicación. Es el blog más misterioso de todos y ha hablado de que allí donde está, que no sé dónde es, los pájaros también hacían cosas raras e incluso chocaban en el cielo. Y como se ve que es un chico muy inteligente ha escrito una teoría en la que todo está mezclado. No he entendido muy bien lo que quería decir, pero se ve que todo tiene que ver con una central de esas nucleares o térmicas que hay en el Perú; y en su teoría se mezclaba todo, desde Edison, el primero que metió electricidad dentro de una bombilla, la ETA, los chinos y Trinidad Jiménez, esa chica que no sé qué hace de ministra de Asuntos Exteriores que no le planta cara a Obama para preguntarle que cómo puede decir que un moro es malo y luego matarlo sin más. ¿Es que los negros no son también malos?
Pero yo, para lo que quería escribir era para otra cosa, para lo que decía al principio. Para decir que Rosario y yo nos vamos a ir unos días al campo. Ha sido idea de ella que se ha puesto a insistir y venga a insistir, que yo no quería porque aún no la veía del todo bien pero ella decía que salir de Calatayud y tomar el aire en el campo nos iría bien a las dos. Y resulta que aquí a 14 kilómetros hay un pueblo pequeño, Munébrega, el que está en la foto. Mi difunto, en realidad, era de una de las familias con más tierras de allí, los Langa, y se vino a vivir aquí cuando nos casamos. Luego, cuando todo el jaleo de que España entró en la Comunidad Europea, hizo un montón de dinero arrancando cultivos, que pagaban subvenciones por arrancar cepas, y acabó por vender las tierras a los dueños de los campos que lindaban con los suyos que, por particiones antiguas, eran sus sobrinos. Y ellos abrieron pozos y, en medio de lo que era secano, han puesto unos riegos gota a gota que para qué.
Pero aún tenemos una casa allí, grande y bonita. En medio de la calle principal, que llaman la Rúa y es la que baja del Planillo a la Replaceta. Nos vamos a ir allí y, de paso, saludo a mis cuñados y sobrinos que hace casi un año que no los veo.

miércoles, 4 de mayo de 2011

Una aurora boreal en Calatayud

Voy a contar lo que ha pasado esta mañana, que es muy raro.
Más o menos las nueve serían que me llama Rosario, que estaba sentada en el balcón. Voy y veo que el cielo se estaba poniendo rojo. Ella me ha dicho que eso ya lo había visto en sueños y era el comienzo de un montón de cosas raras que iban a pasar. 
Bueno, pues a mediodía, a la hora de comer, me llama mi nieto y me dice que también lo ha visto. Que estaba en el colegio y, cuando el cielo se ha vuelto rojo, los críos se han puesto medio locos y han corrido a las ventanas a hacer fotos con los móviles. El profesor les ha dicho que tranquilos, que eso es una aurora boreal pero que es difícil que ocurra en Calatayud. Y como mi nieto también está puesto en esto de internet, que fue él el que me lió para que me lo pusiera en casa, le he pedido que me mandara las fotos y ahí os las pongo para que lo veáis.
Luego he visto que ese chico de Salamanca que toca el violín también lo ha visto pero en Salamanca, así que ha sido algo gordo que se habrá visto en media España. Bueno, y a ese chico le iba a reñir yo porque creía que a Salamanca se iba a estudiar y él hace de todo menos eso. Bueno, lo que hace es encantar a las chicas tocando el violín, las enreda y luego ya se sabe... Como el flautista de Hamelín pero sin ratas.




Ah, y otra cosa me ha mandado mi nieto. Dice que los de su clase se andan riendo por el Facebook con una cosa que ha salido en youtube, un señor sin afeitar que habla con subtítulos metiendo miedo a la gente:



martes, 3 de mayo de 2011

Rosario


Ayer no pude escribir nada pero sí leí lo que contaban las otras chicas de sus maridos. Y a los  chicos también los leí, también.
El caso es lo que pasó con Rosario el domingo, que como no duerme bien porque anda preocupada con esas visiones, se acostó a echar la siesta después de comer. Yo, como estaba harta de tele porque nos habíamos pasado la mañana viendo lo de la beatificación del Papa, me vine aquí al ordenador a escribir lo de esa tal Carmen Lomana.
Pero sólo empezar vino Julia a verme y a preguntar cómo andaba Rosario. Bueno, pues nos ponemos nuestras copitas de anís y en eso estábamos cuando oímos un grito terrible, de como si estuvieran matando a alguien. Y era Rosario. Vamos a la alcoba a ver qué le pasaba y estaba con los ojos abiertos pero como si aún durmiera y estuviera dentro de una pesadilla. Decía cosas que no se entendían mucho, pero también lo de otras veces, que se abriría la tierra y nos tragaría, y que se abriría también el cielo. Julia, como está como está de los nervios, fue por el bolso, sacó unas pastillitas, Valium o algo así, y le dio una porque como volviera a gritar ya me diréis qué podían pensar los vecinos. Al poco se fue calmando pero decía que había que hablar con Hidalgocinis o había que ir a verlo.
Pues así la tengo desde el domingo, que Julia me dejó las pastillas y ya le he dado no sé cuántas. Ya me diréis si no es para estar preocupada.