No sé si sabré contar bien todo lo que pasó ayer aquí porque todavía tengo el miedo en el cuerpo. Como que anoche me tuve que tomar una de las pastillas que le doy a Rosario, un Valium, para poder dormir.
Pues lo que pasó fue que, como ya conté, habíamos decidido irnos unos días al pueblo para descansar las dos y ayer tarde, después de la siesta y el Amar en tiempos revueltos, cogimos las bolsas de viaje y un montón de comida y de las latas que habíamos comprado en el Caprabo y las bajamos al coche. Bueno, pues salimos del párking y llegamos al paseo, que se llama el paseo de las Cortes de Aragón pero todo el mundo lo llama el paseo porque no hay otro y es por donde pasaba antes la carretera de Madrid, que ahora los coches van por la autovía. Para ir a Munébrega, que es el pueblo a donde íbamos, teníamos que girar frente a la plaza del Fuerte para cruzar el río y coger la carretera de Daroca y luego la del monasterio de Piedra. Pues cien metros antes de llegar al cruce estaba todo lleno de coches y eso es muy raro porque en Calatayud nunca pasa eso como en las grandes capitales. Era un accidente, claro. O no tan claro, porque a ciencia cierta aún no sabemos qué pasó exactamente y luego llamaré a Julia y Feli, que hoy les tocaba gimnasio, para ver qué saben.
Pues eso, que estamos ahí en medio y la gente empieza a pitar y venga a pitar. En esto que llegan por el carril contrario dos ambulancias y coches de la policía, y la gente empieza a salir de los coches, que a todos les gusta mucho chafardear. Rosario me dice que tiene miedo y que no salgamos del coche y, en ese momento, empiezan a oírse ruidos como los disparos de las películas y unos gritos que daba miedo oírlos. Y la gente corriendo para volver a los coches. Yo, que no sé lo que pasa, apreto el botón de bloquear los seguros, el que está para que los críos no jueguen y se les abran las puertas, y en esto que se ve como una sombra de algo con alas que pasaba por encima de nosotros y el cuerpo de un policía municipal que cae de lo alto en medio de otro grito pavoroso y va a parar encima de un camión que había cuatro o cinco coches por delante del nuestro. Rosario me dice que si no nos podemos salir de ahí, hago una maniobra y, como el carril en dirección a Zaragoza estaba vacío porque el embotellamiento estaba enfrente y los coches no podían venir por él, me meto y salgo disparada como en las películas americanas pero sin hacer chirriar los neumáticos, que eso no lo sé hacer. Porque, no es por presumir, pero el mío es un BMW de la serie 3 como el que pongo debajo aunque negro.
Total, que vamos hacia atrás, entramos en la autovía por la parte de la carretera de Soria, cruzamos todo Calatayud por fuera, volvemos a salir por la carretera del monasterio de Piedra y en un momento llegamos aquí.
Y esta mañana, con los nervios, que no encontraba el aparatito que se pone aquí a la izquierda para conectarme con el satélite y salir por internet. Por fin lo he encontrado y aquí estoy contándolo.
Ah, y al llegar pusimos la tele autonómica a ver si salía algo y resulta que nos encontramos con el terremoto de Murcia, otro desastre. Y hay para reñir a los adivinos porque ese terremoto ya estaba previsto, que el día 30 de abril ya dije yo que un adivino lo había dicho en el yahoo. Pero hay que reñirle porque lo adivinó mal, dijo que sería en Roma y fue en Lorca, que se equivocó de muchísimos kilómetros.
Total, que nos vamos ahora a poner a limpiar un poco esto. Yo decía de ir a la panadería y preguntar si conocían alguna chica que nos viniera a hacer la limpieza pero Rosario ha dicho que ya la hacía ella. Y, claro, si fuera mi nuera vale pero no voy a permitir que lo haga todo ella sola.
¿Hablas en serio? ¿Te ha pasado eso? Y luego dudabas de mis historias, como si me hubiese inventado que el tipo ese intentase ligar conmigo en el bar.
ResponderEliminarPues estoy segura de que aquí había un comentario de Rebeca, la chica de Bilbao, que me preguntaba si era verdad lo que decía. Pero se conoce que con todas las cosas raras que están pasando los blogs no funcionaban y la censura ha borrado cosas.
ResponderEliminarPero sí, claro que es verdad lo que pasó el otro día a la salida de Calatayud.
me quedo sin saber que es lo que pasó realmente.
ResponderEliminarun saludo
Marian