martes, 3 de mayo de 2011

Rosario


Ayer no pude escribir nada pero sí leí lo que contaban las otras chicas de sus maridos. Y a los  chicos también los leí, también.
El caso es lo que pasó con Rosario el domingo, que como no duerme bien porque anda preocupada con esas visiones, se acostó a echar la siesta después de comer. Yo, como estaba harta de tele porque nos habíamos pasado la mañana viendo lo de la beatificación del Papa, me vine aquí al ordenador a escribir lo de esa tal Carmen Lomana.
Pero sólo empezar vino Julia a verme y a preguntar cómo andaba Rosario. Bueno, pues nos ponemos nuestras copitas de anís y en eso estábamos cuando oímos un grito terrible, de como si estuvieran matando a alguien. Y era Rosario. Vamos a la alcoba a ver qué le pasaba y estaba con los ojos abiertos pero como si aún durmiera y estuviera dentro de una pesadilla. Decía cosas que no se entendían mucho, pero también lo de otras veces, que se abriría la tierra y nos tragaría, y que se abriría también el cielo. Julia, como está como está de los nervios, fue por el bolso, sacó unas pastillitas, Valium o algo así, y le dio una porque como volviera a gritar ya me diréis qué podían pensar los vecinos. Al poco se fue calmando pero decía que había que hablar con Hidalgocinis o había que ir a verlo.
Pues así la tengo desde el domingo, que Julia me dejó las pastillas y ya le he dado no sé cuántas. Ya me diréis si no es para estar preocupada.

5 comentarios:

  1. Pues sí querida Pilar, es como para estar preocupada porque, si Rosario ve cosas que los demás no podemos ver, habrá que saber qué ha visto en ese sueño que la ha dejado así y la ha hecho gritar horrorizada. Creo que es por esta especie de aire raro que nos rodea que yo ayer noche hice un mundo de una simple llamada a mi teléfono a deshora.Lo acabo de contar aquí

    http://perfilandoanecdotas-blanca.blogspot.com/

    hace un momento para tranquilizarme un poco y saber que os parece a los que soleis leerme. Cuida mucho de Rosario porque la pobre debe sufrir mucho con esas pesadillas que padece y si ves que no mejora llévala al médico.

    Besitos.

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  2. Rosario, sé fuerte. Yo uso un mantra, una oración de mi tierra. Use algo para tranquilizarse, para encontrar el vacío.
    Use a Dios, si le viene bien.
    Cálmese.
    No están solas.

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  3. Hola, Blanca, soy Rosario y Pilar me ha hablado mucho de usted, que fue la que le vendió esas sandalias tan bonitas. Gracias por preocuparse por mí. Sí pasan cosas raras, que esta mañana el cielo se ha puesto rojo de repente.

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  4. Hola, señor Hidalgocinis. Soy Rosario y ya estoy mejor.
    Sí, cantaré una canción para tranquilizarme. Una que me enseñó mi madrina, que como es Cádiz por eso me pusieron de nombre Rosario:

    Que le llaman Relicario,
    que a Cái no la llaman Cái,
    que la llaman Relicario
    porque por patrona tiene
    a la virgen del Rosario.

    A mí me gusta mucho.

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  5. Pilar, ¿cuándo vas a publicar las fotos? Estoy desesperado. ¿Alguien sabe ya qué era eso?

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