Pues ha ocurrido otra desgracia. Resulta que, como empiezan a escasear algunos productos de primera necesidad, el domingo dieron un pregón a lo moderno. Antiguamente pasaba el pregonero con una trompetilla y cantaba los pregones pero ahora es más soso: lo hacen desde el ayuntamiento y con unos altavoces colgados en algunas esquinas del pueblo. El pregón era para convocar a todos los fumadores en el salón de juntas del ayuntamiento y buscar una solución porque en el estanco se ha acabado todo el tabaco. Nosotras, claro, como ese vicio no lo tenemos, pues no vamos. Se conoce que decidieron organizar una expedición para bajar a Calatayud a ver si conseguían tabaco. Pidieron cuatro voluntarios y el lunes por la mañana salieron en un 4x4 para traerlo bien cargado. Se ve que la despedida fue todo un dramón con las mujeres llorando y diciéndoles a los maridos que podían aprovechar para dejar de fumar pero ellos, claro, ni caso porque el vicio es el vicio.
Además, los otros hombres que estaban allí dándoles ánimos les dijeron que también se iba a acabar la cerveza de los bares y que miraran a ver de acercarse a algún supermercado a comprar. Total, que se van el lunes y, como ayer aún no habían vuelto, ¿a quién le piden que vaya a mirar si les ha pasado algo? Pues a una servidora, a quién si no. Que me viene el sargento de la Guardia Civil ayer por la mañana de visita y, como es un señor tan educado, no se atrevía a pedírmelo. Hasta la segunda copita de anís:
-Señora Pilar, ya que a usted no la ven los pajarracos...
-Pero señor sargento, que llevo un par de copitas y si me paran para soplar...
-De aquí a Calatayud los únicos que podemos pararla somos nosotros y usted, por supuesto, tiene bula.
Enfín, sacrificada que es una. Nos tomamos otra copita y allá que me voy. Pero a los diez kilómetros me veo el 4x4 volcado en la cuneta, salgo, miro y ni rastro de los ocupantes ni de nada, que los habrían pillado los pájaros en el camino de ida y no habían podido comprar nada. Vuelvo al pueblo, paro en el cuartel y se lo explico al sargento porque no iba a ser yo quien hiciera correr la voz, que ya se sabe lo que le pasa al mensajero de malas noticias.
Eso fue por la mañana. Y por la tarde... bueno, que empezó a cundir el pánico y a la gente le dio porque también se podía acabar la gasolina y se fueron todos con coches y tractores a la gasolinera de la carretera, la que está a la salida del pueblo en dirección al monasterio de Piedra. Nosotras tan felices y haciéndonos planes para ir a ayudar a Blanca y Rebeca ni habíamos caído en que a lo mejor las gasolineras de esos mundos no funcionan o están agotadas. Caemos en la cuenta, subimos al granero, encontramos varias garrafas de diez y cinco litros, vamos a la gasolinera y nos ponemos a esperar tanda. En esto que va el dueño, que es un listillo más que listillo, cambia el precio y pone el gasoil agrícola a 2 euros, el de automoción a 2,5 y la gasolina a 3 euros. Se forma un tumulto y la gente le llama de todo menos guapo:
-¿Es que no habéis oído hablar de la ley de la oferta y la demanda?
No puedo repetir lo que le dijeron en ese momento, pero fue tan gordo el escándalo que las voces llegaron hasta el cuartel y al momento bajaron el sargento y dos números en el jeep:
-A ver qué pasa aquí.
-Pues que no me quieren pagar la gasolina.
Pero mira el sargento en el poste, ve los precios y le dice al dueño:
-Ahora mismo te vienes al cuartelillo conmigo por judío especulador. Pero antes pones en todos los postes la gasolina gratis. Es una cuestión de seguridad nacional.
Que eso último lo dijo mejor que lo dicen los del FBI en las películas.
Y aquí estamos con el depósito del BMW lleno y un montón de litros de reserva por si acaso. Pero no sabemos si ir a lo de Blanca y Rebeca o a una batalla que está convocando Hidalgo por Andalucía, que parece que será pronto y tendríamos que salir cuanto antes para no perdernos el comienzo. Ahora mismo vamos a cargar el coche con las latas de comida que nos quedan, vamos a mirar si hay algo que se pueda utilizar como arma y vamos a pensar qué vestidos nos pueden quedar mejor en una batalla.
Pues ya ves Pilar, siempre ha pasado lo mismo, mi madre dice que después de la guerra, e incluso durante ella, había quienes especulaban con el hambre ajena; alguno de los ricos de hoy en día empezaron a hacer fortuna de esa manera.
ResponderEliminarTambién aquí faltan cosas básicas, a pesar de que hicimos buen acopio cuando aún había de todo. Al menos todavía teneis autoridades. Aquí el caos ya se ha adueñado de casi todo. En la Uni al menos, todavía conservamos los buenos modos.
Yo os animaría a uniros a Hidalgo, yo si Pablo se aviene iré con él y si no me iré sola, creo que Rebeca también querrá unirse y entre todos a ver si acabamos con esta plaga, arrasamos este mundo de especulación, ladrones y sinvergüenzas disfrazados de gente honorable y comenzamos una nueva Historia más justa y mejor.
Cualquier cosa que tu te pongas seguro que estará bien, para guerrear o para lo que sea. Pero si aceptas mi consejo, en el sur hace mucho calor, así que lleva unos cuantos pantalonzucos, unas buenas zapatillas de deporte y camisetas frescas. Supongo que nos proporcionarán las armas, pero por si acaso, lleva el cuchillo jamonero, el amasador, y las tijeras de podar, que esas hacen mucho daño en donde yo te diga. Aunque pensándolo bien, esos bichos quizá no tengan el donde yo te diga ... bueno, en alguna parte les dolerá si les cortas.
Besitos reinas, ser valientes y vamos a la guerra.
Hola, Blanca, besitos. También nos enteramos de lo de Santi, pobrecito. Nuestro más sentido y sincero pésame.
ResponderEliminarPor eso aún tenemos más ganas de ir a matar monstruos. Estamos haciendo las maletas y hemos cogido todos los cuchillos de cocina y un par de paraguas viejos para metérselo a los monstruos por los ojos.
Lo más difícil es el modelito: nos gustaría ir de cuero y enseñando pechuga pero con cuero pasaríamos mucho calor. Ya veremos qué nos ponemos.
Bueno, pues cuando estén listas y bién vestidas, pues hacen lo que les dije, ¿eh? se ponen en plan marcha indignada y le dice ustéd a Rosario que me llame, para ver qué camino os trazo, que la cosa está muy malita.
ResponderEliminarVale, ahora se lo digo. Pero lo que tengas que decirle, díselo rápido, que pensábamos salir mañana por la mañana. Que al pasar Despeñaperros vemos ambiente de batalla, para allá que vamos; que no, pues nos vamos a la playa a Marbella hasta que haya meneo.
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